Me encanta sentir a la gente reír,
cerrar los ojos y sentirlos respirar, en la oscuridad de la noche. La luz del día,
el sol que me atrofia los ojos y taparme con la sombra de un árbol. Meterme
descalza en un charco de agua me da alegría el ronronear de los gatos, seguir
mis instintos, conocer mis vísceras cada día mas. Mi sobrina y el juego.
Me da tristeza no poder cerrar
los ojos y no percibir el aire que me rodea, por ser tan fuerte la angustia. Lo
que no puede cambiar, lo que no ama, lo que duele en el cuerpo entero es saber
que no va a venir, que si quisiera ya hubiera venido y estaría rodeando todo lo
que veo.
Me enojo cuando no se me eriza
la piel. Me molesta no poder sentir el vértigo. La furia ajena, los ojos
rabiosos míos de ellos, la piel gastada, la sangre escondida , la perdida, la
gente que no escucha a sus entrañas. Me fastidia, me pone de mal humor el mal
humor y la desgracia, la no catarsis. Los pies clavados, la inactividad. La
estabilidad, el pelo enredado. Me asusta el olor desconocido, fuerte hediondo. Váyase
a saber de quien viene, el callejón sin salida. La muerte. Muerte natural,
muerte a manos de otros, muerte a manos propias.
Me da miedo la soledad vacía no
la que se elige, la vacía. Cuando no quiero estar sola. Me asusta querer dormir
por días enteros. Las catástrofes que terminan demasiado mal. La pudrición del
cuerpo. El desvanecimiento en lugares públicos. Me da mucha bronca lo
prohibido. A veces la moral, la cultura, Los pies encerrados y el corazón
libre, rojo, pero el cuerpo petrificado. Los pingüinos empetrolados, los perros
abandonados, las vacas muertas, las palomas degradadas, los gatos despreciados.
El no respeto a lo grande. La lluvia muy finita me molesta, me molesta el sol
fuerte, molesto ardor post solar de cuando era chica, por eso ahora no me
expongo mas al sol sin protección. Molestia en la panza después de comer algo
pesado o después de una mala noticia. El rapado de las calles sin verde, el
asfalto quemante, los ojos tristes de quien amo, el ser imposible. La basura
con olor putrefacto, los ojos llorosos sin saber porque, los míos, lo bajo y lo
alto. El equilibrio extremo: "Si
estuvieras totalmente estable y equilibrada estarías muerta". Las tardes perdidas, las películas perdidas, el
dolor en los brazos, la desesperación de creer que mi perra se ahoga con un
hueso de muerte que alguien comió antes. Las ganas de escaparse a las montañas
y no poder . No conocer Finlandia ni Polonia, los abanderados de secundario. La
mirada turbia de un desconocido turbio.
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